Las emociones son muy importantes, nos ayudan a relacionarnos con los demás, a comunicarnos, a sobrevivir, transmitir la información genética, ser mejores personas, etc. Según Daniel Goleman, los individuos tenemos seis emociones básicas.

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A partir de estas nacen un sin número de combinaciones que generan gran cantidad de sentimientos e ideas mentales que convierten nuestra vida en una montaña rusa emocional. Cuando obtenemos lo que queremos nos sentimos llenos de alegría, pero si no, nos inunda la tristeza; cuando sentimos celos nos llenamos de miedo, enfado y así sucesivamente, terminando por cargar nuestra mente de pensamientos y sentimientos negativos que, si no sanamos generan insatisfacción y en ocasiones sufrimiento.

Como ya he mencionado en artículos anteriores como: Ley de Causa y Efecto, Tu realidad Externa es el Resultado de tu Realidad Interna o Activa tu Potencial Creador a Través de la Intención; los pensamientos, actitudes e  intenciones que se instalan en nuestra mente son las semillas de nuestro futuro. Si nuestra realidad y resultados presentes se originan en nuestra cabeza ¿Cómo podemos depurarla? ¿Cómo podemos transformar nuestros recuerdos y experiencias negativas en positivas?

Es importante que comprendamos que todas las emociones son indispensables en nuestro camino a la plenitud. Son ellas las que permiten que en nuestro interior nazcan  sensaciones y recuerdos negativos o positivos que nos dan la oportunidad de aprender y evolucionar para ser cada día mejores, más positivos, más compasivos, más plenos y por consiguiente, nos ayudan a generar resultados más satisfactorios.

De lo Negativo a lo Positivo

Identificar y Reconocer

El primer paso para transformar la información y los recuerdos que hay en nuestra cabeza es reconocer que se está experimentando una emoción, sensación o sentimiento negativo. Debemos estar muy alerta de qué sentimos, cómo lo estamos sintiendo y qué lo genera en nosotros para poder identificarlo.

No necesariamente lo que percibamos es resultado de cosas presentes, quizás puede provenir de un recuerdo del pasado que nunca sanó y que produce rechazo frente a la situación actual. Es primordial observar nuestro interior y ser muy sinceros con nosotros mismos. La raíz puede estar muy dentro de nosotros y es importante reconocerla.

Aceptar

Cuando aceptamos lo que nos está sucediendo no experimentamos sufrimiento por la situación, sea esta negativa o positiva, comprendemos que todo lo que sucede tiene un propósito y en vez de luchar con la realidad, comenzamos a verla como una posibilidad de aprender y tomar correctivos para evitar que esta experiencia se repita en el futuro.

Por el contrario, cuando nos resignamos sentimos sufrimiento frente a lo que nos sucede, culpamos al entorno y nos victimizamos generando en nuestro interior sentimientos de rencor o rabia, quedando imposibilitados para la acción, pues entregamos el poder a lo que no controlamos: El exterior. Aceptación vs Resignación

Analizar

El siguiente paso en el camino es visualizar las circunstancias y lo que estamos experimentando con el fin de encontrar lo positivo que esa vivencia nos aporta. Preguntas como: ¿Para qué me está sucediendo esto? ¿Qué actitudes, acciones o pensamientos pudieron generar este resultado? ¿Qué puedo aprender de esto?

Intentar ver la situación desde otra perspectiva con el fin de comprender lo que pasó nos ayudará a identificar los beneficios de la experiencia. Habiendo comprendido todo lo que nos ha aportado, encontraremos un significado y una respuesta al por qué tuvimos que vivirlo. Es aquí, en dónde lo que en algún momento se percibió como negativo pasa a percibirse como positivo.

Generar y Anclar un Recuerdo Positivo de una Vivencia Negativa

En este paso, habiendo transformado la emoción, experiencia, el sentimiento, etc. a través del aprendizaje en algo positivo, podremos establecer la utilidad del dolor experimentado. Esto hará nacer en nosotros una sensación de agradecimiento porque habremos hecho consciencia de lo necesario que fue pasar por esa vivencia para tener un aprendizaje, un recuerdo valioso y una nueva semilla para un futuro más armónico.

Conclusion

A muchas personas les cuesta reconocer o expresar sus emociones, intentan esconderlas sin percatarse de que esto lo único que ocasiona es una intoxicación que drena la energía. Las emociones son parte fundamental del ser humano y están ahí para algo, tienen una labor fundamental en nuestro crecimiento, relaciones y evolución. Intentar anularlas sólo ocasionaría el estancamiento.

Si te sientes triste, experimenta la tristeza, exprésala, sácala de tu interior. Si necesitas llorar, ¡LLORA! y sana tu emoción transformándola en alegría y amor. Si sientes miedo, no huyas, ¡ENFRENTALO! y conviértelo en disfrute. Si sientes enfado, reconoce que este está dentro de ti y en vez de desquitarte con los demás trabájalo y conviertelo en sonrisas.

   Genera recuerdos nuevos cimentados en la comprensión y la sabiduría, lo que las emociones callan lo grita el cuerpo. Suéltalo todo, ¡LIBERALO!, que más da, si todos somos iguales, permite que tu alegría se manifieste y entrega todo lo bonito que hay en tu interior a todos los que te rodean. Atrévete a ser  feliz y !!!VIVE!!!

Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

 

«Ni tus peores enemigos pueden hacerte tanto daño como tus propios pensamientos» Buda